Dependiendo de a quién le preguntes, la democracia en el México de AMLO no ha estado en peligro; e Israel bajo Netanyahu tampoco estaba dirigido a su colapso por desmantelar su idea fundadora democrática.
Con suerte, estos temas se quedarán sin respuesta contundente, siendo sujetos de platica de café, a menudo vehemente.
Lo que es un hecho es que, como en México e Israel, en EEUU se formó recientemente una alianza muy peculiar, en ese caso en torno a Biden. No tanto con el propósito de implementar tal o cual política, sino principalmente, al menos entre los aliados, para salvar el poder mismo del voto.
Pausemos por un momento para digerir el significado de esto.
En el país que por tres cuartos de siglo (que abarcan toda la vida de muchos de nosotros) ha sido líder de las democracias liberales en el mundo, había suficiente alarma respecto a la supervivencia de una república de casi 250 años de antigüedad, como para aliar opuestos, desde Bernie Sanders hasta Bloomberg y a todos en medio.
¿Estará por esfumarse también la respuesta certera a la alarma que sienten muchos en Brasil, Turquía y otros países en situaciones similares?
Además, que la democracia merezca salvarse tampoco es contundentemente claro. En parte porque ha sido vehículo camuflado de muchas cosas, entre ellas de colonización y…(estoy buscando un sinónimo de explotación, evitando también el polarizante vocablo capitalista).
Digamos que la democracia dio rienda suelta a algunas a sus más bajas tendencias, de manera bastante descarada, en los últimos 30 años, desde la caída del muro de Berlín, cuando, entre otras cosas, ya no había necesidad para el Occidente de querer mantener una superioridad ideológica.
Históricamente, el mecanismo democrático ha sido usurpado de mil maneras. Uno de los ejemplos más macabros fue Hitler, quien fue elegido democráticamente antes de abolir el parlamento.
Quizá resulte tan claro ahora, cuando se manifiestan crisis globales, como son una pandemia, o la migración climática, o el estancamiento o retroceso del poder adquisitivo en algunos de los sectores más desaventajados, por décadas, al igual que ha sido claro en otros malos momentos, que no es realista aferrarse a un ideal democrático, al que raramente se ha acercado alguna sociedad.
No podemos sorprendernos que surja el sentimiento popular, a veces nebuloso y mal articulado, quizá inconsciente y parte compleja de sentimientos encontrados, que en el fondo dice “al diablo con la democracia; lo que quiero es seguridad y protección de embates económicos y culturales contra mi clase, mis creencias o mi raza.”
Si tenemos suerte, posiblemente veamos surgir líderes enérgicos e ilustrados del momento. Como algunas veces se ve localmente, después de un terremoto, o en algunos movimientos políticos y espirituales nacientes, antes de ser corrompidos. O por usar un término, tanto en inglés como en budista, para líder ilustrado: enlightened.
Mientras tanto, ya que no todo lo que brilla es oro, y proyectar esa bondad en líderes que no necesariamente la tienen tampoco la crea, qué bueno que el mecanismo del voto, por más frágil y manipulable que sea, también demuestre que puede cobrar asombrosa vida propia y resiliencia.
Es casualidad que estás crisis se den en tantos países simultáneamente?
El fin de un imperio y el surgimiento del bloque oriental , que estrena su aplastante presencia en todas las economías ?
Creo que la crisis es existencial y abarca todos los rubros. Hacia dónde vamos ?
Cuánto puede pesar, que sea yo quien subsists dentro de una burbuja pasteurizada?
La civilización actual entra en una madurez cansada, sucia, incapaz de borrar la brecha entre ricos y pobres, entre la cultura y la ignorancia. No hay respuestas simples y se crea un caldo de cultivo para gobiernos populistas y fanáticos .
Saludos
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