La intersección
Charlas con Benjamín Feldman.
Sexta Sesión el 4 de Abril de 2021
Lectura: Muero por ser yo de Anita Moorjani
Vía Zoom
En la próxima Intersección (4 de abril 11 am) exploraremos una añeja pregunta de la humanidad: ¿Qué sucede con la experiencia del yo a la muerte?
Intuitivamente, no es difícil equiparar esa experiencia con lo que sucede cuando estamos dormidos: desaparece.
Para el creyente (dependiendo de lo que cree) la respuesta tampoco es difícil: el alma emigra al cielo o al infierno, reencarna en cuerpos y experiencias individuales, hasta encontrar su identidad cósmica, etc.
Los Upanishads afirman que la vida en la Tierra es LA oportunidad para que el alma despierte, acá mismo, del sueño de la vida.
Lo que es cierto es que aunque puede haber fe (un término que engloba la certeza personal y, colectivamente, la de aquellos quienes comparten la misma certeza), no existe demostración objetiva de ninguna de estas tres posturas. En el mejor de los casos se puede citar evidencia circunstancial (indirecta), que en una corte no seria considerada como la mejor evidencia.
Pero hay que reconocer que aunque la ausencia de pruebas directas de una continuidad de conciencia nos puede hacer agnósticos, si no queremos ser dogmáticos, no podemos negar su posibilidad contundentemente, sin también caer en la categoría de creyentes (o NO creyentes, que viene siendo lo mismo).
El filósofo Emmanuel Kant diría que mientras todo es posible, inclusive que no hay continuidad de conciencia, no podemos afirmarlo con certidumbre. Debemos distinguir entre lo que es lógico y lo real. (De ahí el título de su obra: La crítica de la razón pura.)
En la próxima sesión de La Intersección exploraremos una narrativa, de lo que sucede en la experiencia individual después de la muerte, a través de la historia de una mujer que fue declarada clínicamente muerta antes de volver a la vida.
También abordaremos cierta evidencia científica de la Universidad de Nueva York sobre la posibilidad de la continuidad de la experiencia del yo; ya que tecnología médica reciente ha permitido en algunos casos reactivar el cerebro después de que cesa de funcionar pero antes de que sus células individuales mueran.
En ambas fuentes resulta interesante el reporte de conciencia de eventos específicos por parte del «difunto», que se verifica que sucedieron cuando la persona vuelve a la vida.
A esta luz también resalta la teoría que la identidad individualizada continua, “vida tras vida,” hasta que el locus de conciencia cambia a uno universal. Por decirlo de manera un tanto poética, hasta que la gota se sabe océano.
No podemos afirmar nada con certeza absoluta, excepto que…
…nos vemos en La Intersección! 🙂
Recomendaciones para la sesión:
Película Soul de Disney-Pixar